En el inicio de este nuevo año, 2022, se destacan tres aspectos centrales. Te invito a recorrerlos…
Plutón en Capricornio.
Este planeta seguirá realizando su tarea en dos planos:
- En el largo/mediano plazo, destruyendo las formas de Tierra construidas por nosotros en los últimos 200 años: nuestros sistemas políticos, económicos, educativos, laborales y de relación. Esta actividad comenzó en el 2008 y seguirá profundizándose hasta el 2025.
- En el corto plazo seguirá transformando a los planetas personales. En el 2020, lo hizo con Júpiter y Saturno, planetas que afectan la esfera de lo social. En los primeros meses del 2022, entrarán en conjunción con él Mercurio, el Sol, Venus y Marte afectando con ellos nuestras formas de vincularnos y de definir nuestros deseos y objetivos.
La influencia de Plutón sobre todos estos planetas tiene como objetivo terminar de quebrar nuestras viejas posiciones y favorecer el establecimiento de la nueva plataforma hacia lo acuariano.


La tensión Urano – Saturno.
Estos planetas, en el ámbito social, tensionan la relación entre las visiones a futuro y las formas tradicionales de operar en esta área. Esta actividad comenzó en 1988 y actualmente se encuentra en la fase de cierre del ciclo. Aquí Saturno toma la delantera y empieza a seleccionar y desechar todas aquellas propuestas innovadoras de Urano, pero que no resultaron satisfactorias, viables o sostenibles.
Estas dos realidades astrológicas nos producen esta sensación de “incertidumbre” tan común en estos días, ya que lo viejo se disuelve y lo nuevo aún no toma forma. Es un momento de pasaje entre dos mundos.
Para ayudarnos a transitar estos cambios viviremos un año con mucho tinte pisciano.
La conjunción Júpiter / Neptuno.
Hace varios años Neptuno se encuentra en Piscis, su signo, preparando las condiciones que nos permitan terminar de soltar, diluir, nuestras antiguas formas. En diciembre 2020, Júpiter el antiguo regente de Piscis, entró en este signo.
En este abril 2022, ambos formarán una conjunción que no acontece hace casi 170 años (1856). Si bien los hechos no se repiten, podemos suponer que, como en aquel momento, sucederán profundos cambios sociales. En esos años en EEUU había comenzado la guerra de Secesión; en Europa, Carl Marx escribía «El Capital» y fundaba la primera Organización Obrera Internacional; y desde Europa, continuaba la emigración masiva hacia América.

Acuario, las nuevas formas, las nuevas relaciones.
Estos hechos nos están señalando un tiempo de cambio muy profundo tanto a nivel personal como social. Frente a este “cielo“, nuestra inercia humana ofrece resistencia y produce conflictos. Como señala claramente Eugenio Carutti en «Inteligencia Planetaria»:
«La paradoja es que aún estamos dominados por la antigua inteligencia que creció en el aislamiento y que expresa una muy pobre o nula inteligencia vincular. Ese modo de la mente no entiende cómo relacionarse realmente. Se aterroriza ante la diferencia y sólo sabe dominar o someterse. Ese nivel de inteligencia no sabe de relaciones.»
